jueves, 23 de julio de 2009

Letrahue VII : Fragmento del Yotivenco

Yotivenco... (los recuerdos que trae el frío)




Me crié , hasta los cinco años de edad, en un conventillo en Barrio Norte a orillas del canal grande. Dos letrinas al fondo para todos los inquilinos (cuando nos dieron casita de plan no conocía lo que era un inodoro, y me asustaba mucho tirar la cadena)
De estas últimas jornadas de frio y nieve, con ricos esquiando felices y pobres recagados de frío, se me antojó compartir un fragmento de mi nouvelle (inédita aun) llamada "Yotivenco"

Amo desmesuradamente lo que hago para ustedes (aprendí que compartir hace libre, es sanador y corta alambrados) por eso deseo que lo disfruten ... ahi va





....-El invierno le congeló la sangre. Cuando te dormís al frío, primero la sangre se le pone perezosa a uno, y después no anda –
Así habló la Carmen cuando alguien en el conventillo preguntó por Gonzales. El viejo se había enroscado en las brumas de una borrachera que le impidió llegar hasta la puerta de la pieza.
Indiferente a su piel entumecida se tendió en el pasillo largo de tierra apisonada. Se durmió al rajo del frío, a cielo abierto, anestesiado y feliz.
Amaneció duro y con un brazo flexionado.

El sol era no mas que una franja insinuada en el cielo apático de los amaneceres invernales y Hebe ya se había levantado. Llevaba la taza de noche atiborrada de fluidos entre sus manos pequeñas. “Lo primero siempre es tirar las aguas” le habían enseñado, y si es posible antes de que los demás se despierten, que nadie tiene porque saber de las cosas de uno. Era el ritual acostumbrado antes del desayuno, antes de lavarse la cara incluso, había que deshacerse del bochorno.


El conventillo y la periferia de adobe, cartón y chapa que lo contenía entre sus calles sin trazo, respiraban vapores gélidos y espectrales que subían del suelo y la despertaban a ella en seco ni bien abría la puerta de la pieza. En las chacras cercanas cantaban los gallos y se sentía ya en el aire el humo de las primeras estufas encendidas. Eso, y la tonalidad gris que todas las cosas tenían en la quietud de esa hora, le bastaban para saberse despierta sin necesidad de lavarse la cara. Un frote rápido de sus dedos contra los ojos, era suficiente aunque la madre se enoje.

En la neblina que el frío alzaba sobre el suelo, tropezó. Algo le trabó un pié y ella desapareció repentinamente en la niebla. La tinaja con los líquidos se desprendió cuando la piba flaca quiso amortiguar el golpe con sus manos. La caída le deslizó los brazos adelante, raspando dolorosamente las palmas abiertas en el resbalón. Una vez que sus mejillas se despegaron del suelo giró esperando ver el tronco que alguien habría arrastrado hasta el patio del conventillo con la intención de tener leña. Siempre alguien traía de por ahí los restos de algún árbol caído y reseco, que después todos usaban para darse calor. Por eso quedaba en cualquier lado, porque no era de nadie, y era de todos. Nomás que ahí no había ni resto de leña siquiera. Hebe descubrió a Gonzales, enredado entre sus pies y todo mojado. La pelela se le había vaciado sobre el pecho.


Ya le había pasado antes. Otras veces había el pobre Gonzales, amanecido a la intemperie con su brazo de almohada. Ya le había tocado antes a ella, madrugadora desprevenida, toparse con el bulto desparramado de una resaca.
Ella se incorporó liviana y sin ruido para no despertarlo. Tuvo ganas de maldecir, pero lo primero, además de sacar las aguas, era el respeto por los mayores.
Cazó la pelela y salió pisando apenas el suelo para evitar la tendalada de improperios que le llovería en caso de Gonzáles despertara...


Texto:Carlos Sandoval
Imagen: gracias a urbatorium.blogspot.com

domingo, 12 de julio de 2009

Letrahue VI- Hoy: El atentado


...El viento de mediados de este Junio (no quiero saber como se vendrá Agosto) trae "cosas" mezcladas entre el polvo y los yuyos redondos que recuerdan a la muerte, sea en lo seco y espinoso , sea porque que recorren las calles sin asfalto ni nombre aún acá por donde vivo.
Y hasta los perros (y los ciegos) le hacen la gambeta.
Del cúmulo de aspereza que silba y pica en la piel por las piedritas, y llena de ardores los ojos
apareció este recuerdo de hace un par de añitos.
Aprovechen antes de que el viento le llene de arenita los ojos, y no quede otra que llorar y putear (ni se les ocurra refregarse)

.... Ahí va:

El atentado
(A veces el viento levanta la marea y el agua del drenaje sube por las cloacas)

…Entre el andar inestable de las flores
y las mariposas sacudidas por el viento,
los Generales indagan el terreno asustados,
cerrando los ojos a cada empujón de arena
que viento del mar les escupe en la cara…

Hoy todo amaneció al revés
Marrones pardos y rojizos resucitan semiblandos,
contrarios al empuje del remolino en cada inodoro
como si supieran nadar.
Los generales revisan el flotante asustados
y espían, del depósito a la taza y de ella a él de nuevo.
Los depuestos los miran sin ojos desde el fondo
y huelen sin narices el aliento de las voces,
cuando la tapa se levanta.
Y aguantan el aire para no tener que respirar de nuevo
el vaho de las fauces de aquellos que tienen voz
Y se retuercen de repugnancia ante quienes los alojaron en la visceral tibieza de la oscuridad interior.

Los Generales los miran volver y volver
como si la gravedad no existiera
en aquel fuerte junto al mar,
de quien el pueblo se disputaba las sobras murallas afuera.

Ahora, la milicada rasa que huyó indemne
del vómito pertinaz de los sumideros
hace cola en los burdeles de a cinco el polvo.
Que habrá permiso hasta que el viento de la vuelta, dicen,
y los regurgite de los cabarutos,
engominados de calostro como
almas recién paridas
con el fusil húmedo de cerveza,
la estampa de un labio seis perlado en la culata de madera
y los sudores de ellas
perfumando de agridulce los bigotes
como una cataplasma de sal, cebolla y miel
para las carrasperas del alma.

Hasta que la pólvora disipe los vahos féminos
que cada entrepierna selló en sus mentes,
valdrá la pena aquel día libre.
El día en que el viento eructó las cloacas a contramarcha
Y los Generales alucinaron el atentado
de un enemigo invisible y poderoso.

El día en que el agua y el viento
fueron terroristas en la jerarquía
y cómplices en la trinchera…

Carlos Sandoval
Marzo 2005

lunes, 6 de julio de 2009

DE LUXE (serie uno)







Me dije hace tiempo... que haría una serie de entradas "de luxe", con algunas pepitas de oro que los lectores, y amigos de otros blogs, al pasar me van dejando
Deseo abrir la "Serie Dorada" con mi hermano Victor Cumio, porque sus letras atraviesan la meseta, soplan la marea y paran de pechito al viento cuando es castigado por el sol y la sal , los vientos y los tiempos, regalando la sombra que tambien es la magia, que tambien es la palabra como refugio ineludible del alma.

I (Apertura)

Con cada giro

la llave abre instantes

de eternidad

IV (Agua)
El agua es seca
Pero solo en el filo
de su hondura abismal

VII (Pánico)
No poder verme
En plena claridad,
VIII (Autismo)

EL grito autista
Nos convierte en distantes
Restos de vida.

IX (Ausencias)
EN el silencio
Aparcan las palabras
De los ausentes.

XI (Sensibilidad)
ME hundo en el aire
Para sentir el roce
De su aleteo.
Eso si es pánico.
XIII (Sin ataduras)
NO atado a mapa
Estoy en estado óptimo
De trazar huella.

XVII (Desorden)
Tan perfecto orden
En corazón y mente
Me desordena.
XX
EL mar se aleja
Para que mi tristeza
Tenga lugar.

XXI (Liberad)
Estas cadenas
Se arrodillan ante
La libertad.

XXV
MIENTRAS me muero
Continúo buscando
Sin saber qué.
XXVI
PRESA de eclipse
La luz se las ingenia
Siendo luciérnaga.

XXVIII
BAJO la sombra
Del árbol que dibujo
Descansaré.

XXXIII
CON la cabeza
Hemos decapitado
Al corazón.

XXXIV
NO se soporta
Tanto olor a recuerdo
Entre estas sábanas.


XXXVI (Autorretrato)
ESCRIBO versos
Hurtándoles la vida
Que reproducen.

LIV
DE tanto ver
El sentido del tacto
Se nos olvida.
LXIII
CANALLA sol
Oculta en tu crepúsculo
Te la has llevado.

LXIX
BENDITO sol
Que no tarde en abrir
Sus muslos alba.
Nota: La imagen del árbol es por el poeta, ... Y la foto también

miércoles, 1 de julio de 2009

Ruidos de pos acá 2 (Mirá donde estamos!)

El sonido no es de lo mejor, pero los artistas tampoco....
Aquí yo, apaleando una guitarra en una tarde de junio, y mi vieja Norma Beatriz trayendo pájaros desde la nada.


Ya que estamos, que algunos lectores tomen la imagen como una presentación formal ya que no me había mostrado hasta ahora en este, mi blogcito.
Como siempre, recuerden que los bloggeros nos alimentamos de vuestros comentarios, anímense que no muerde.