viernes, 16 de octubre de 2009

Atarceder en el barrio de los niños vampiros

Hay un momento del dia

en que el mundo parece que quisiera decirnos algo.

Ese momento, sublime o fatal,

en el que el tiempo queda suspendido

y la misma tierra contiene la respiración.

Y retrasa el suspiro, lo contiene mientras los pajaros

van buscando lugar entre los árboles para hacer noche.

La brisa del sur se para en seco.

¿que cosa es “eso” que el aire quiere decir cuando se queda tan quieto,

y el barrio se inunda de un color espeso que va del dorado,

a lo saguíneo y al púrpura?

Esa cosa indescifrable ahí, cuando el dia ya termina,

pero la noche todavía no empieza.

Cuando el tiempo parece encapsulado

entre la última respiración amarilla del sol

y el nacimiento de las estrellas fugaces…

Ahí, cuando la tarde se recuesta

y uno busca con la vista porque sabe

que puede mirar de frente al sol sin dañarse los ojos…

La gomería en medio de la nada

el almacen cerrado por duelo, la rotonda de la virgencita

el olor del pan casero

el sol incapaz y anémico

escondido detrás del humo

que el valle escupe sobre la ruta

como un alarido

en las noches de helada

...Ahí nomas está,

tan facil y tan difícil ,

el último lugar mágico que todavía es posible…



Carlos Sandoval, marzo 2008.
Fotografía: Agustin Sandoval (septiembre 2005)