jueves, 24 de junio de 2010

Ecos de la presentación...

Como ya es de conocimiento de todos los que transitan este blog ( o sea cuatro o cinco personas y algún ente de inframundo) en Marzo de este año se presentó "La luna y el canal grande"

Bueno... la cosa es que recieeen me llegaron algunas fotos de lo acontecido en Marzo acá en Fisque Menuco
Ustedes dirán que les parece che, con permiso.


PASEO UNO Cemar


En medio de tanto pelafustán que se para arriba del palo a decir que la amistad es una costumbre en desuso yo inicié la ceremonia saludando a los ladronzuelos de manzanas verdes y coloradas que le dieron un tinte épico a la niñez (hoy cuarentones todos)

Como hijo bien parido, dediqué a mi vieja todo cuanto allí ocurriera (tanto lo bueno, como lo bueno)



La realidad que construyo me ha regalado ciertos lujos, como éste
Victor Cumio, el poeta gigante sobre cuyos hombros me asomo a ver el mundo, fue el encargado de presentar y convencer a todos de que el libro esta bueno (menudo trabajo mi maestro)

La palabra es una "pala que labra",


Victor mostrando las huellas digitales del libro



con sangre no vengada, desaparecidos que aparecen,



pibes que caminan sobre el agua



mujeres incontenibles y abuelas gladiadoras








PASEO DOS: LA ESQUINA

Tenía muchas ganas de presentarlo ahí, con mis hermanitos guitarreros y cantores de los jueves por la noche.


Colo y Adrián sacaron unas "musicas que habían ahí, entre los cuentos".
Estar en la peña del Colo Parra es parecido a cuando amanece, algo lo ilumina todo (del lado de adentro) y entonces se puede ser inmortal por un ratito.

En las fotos faltaron Anahí Pereyra y Cesar Fernandez. ¡ Ojo al hilo! Cuando ellos tocan y cantan la gente flota. Termina un tema, abris los ojos y estás sentado en cualquier mesa. ¿Para que sirve la peña del Colo entoces, ademas de volar? Para conocer gente, doña, para conocer gente nomás.


miércoles, 9 de junio de 2010

Postal de la lluvia

Salud!! En virtud de la nublazón que cierra el cielo por estos días acá en el sur, acerco a ustedes esta postal de la lluvia en el alto valle. Espero lo disfruten... cuidense del frío. Un abrazo

Lluvia

… Suele pasar que las nubes

se encajonan entre las bardas

y quedan cautivas en el valle.

Entonces, la pereza del aire quieto se impregna

de manzana madura, de durazno florecido,

de jarilla y humo blanquecino de cantonera

que escupen las salamandras de las casitas.

Las viejas salen apuradas a juntar la ropa

del tendal con la alpargata a medio calzar,

la boca tibia y verde por el mate recién tomado,

y restos de harina entre las uñas.

Los chacareros fusilan el cielo a cañonazos para espantar la tormenta,

desflorando el cúmulo nacarado y grisáceo,

para que el granizo no dañe las cáscaras ni el agua les pudra la fruta nueva.

Los peones vuelven del monte frutal

cuando el aroma del pasto y las plantas se pone espeso,

incluso antes que se nuble, como avisando que ahí se viene.

Se arriman tranquilos y despacio hacia las piecitas de adobe

(que sirven nada mas que para no dormir a cielo abierto)

Los últimos que van llegando entreverados en la cortina de lluvia,

embarrados hasta el cogote,

saludan con un movimiento corto de la cabeza,

deteniendo la mirada en las mujeres parcas de la chacra.

Un cigarrito... y ahí se sientan, a matear tupido hasta que pare la lluvia.

Mañana habrá que salir a ver cuanto fue lo que dejó en pie la tormenta.

Pero ahora dejá nomás la ventana abierta,

que entre un poco a la pieza el aroma de la lluvia y salga,

también un poco hacia la chacra, el olor a torta frita.

Alguna brisa empuja las ramas frías del manzano

que se inclina como un mendigo contra los cartones del techo,

buscando a lo mejor un poco de la tibieza que sale con los aires de la fritanga.

Así es por acá cuando los frutales de la chacra

y el yuyerío de las bardas arman el alboroto, soltando sus olores

para avisar al mundo que se viene un poco de agua.

Así es por acá cuando las nubes oscuras se cierran sobre el valle

…y uno se cree que va a llover para siempre.

Carlos Sandoval

Mayo 2002